Tres veces por semana, Lara Díaz Zaya, una de las grandes promesas del tenis del Partido de La Costa, se traslada desde Mar de Ajó, lugar en el que vive, hacia el Centro Municipal de Alto Rendimiento Deportivo (CEMARD), que tiene su sede en Santa Teresita, en donde realiza su entrenamiento.
El CEMARD es un programa que lleva adelante la gestión de Juan Pablo de Jesús, que brinda asesoramiento, preparación y desarrollo a los deportistas con mayor proyección del Partido de La Costa. Se trata de una continuidad de la gestión que comenzó en 2007 con la creación de las Escuelas Municipales de Deporte y que se solidificó con la creación de playones, siete nuevos polideportivos y tres natatorios en todo el distrito, en esta última década.
El entrenamiento de Lara consiste en dos horas entrenando tenis y una hora de entrenamiento físico en el gimnasio. Además de cuidarse con las comidas, ir al médico y hacer todos los controles que necesita como deportista, los fines de semana cada vez que surge algún torneo, ella no se los pierde.
Aunque mide 1 metro y 74 centímetros, esta pequeña gigante tiene apenas 12 años y desde los 7 comenzó a desarrollarse deportivamente: “Mis papás querían que hiciera alguna actividad física. Estaba entre hacer básquet o tenis, pero preferí el tenis porque era al aire libre”, cuenta Lara.
Este año inició una nueva etapa en la Escuela Secundaria Nº 9 de Mar de Ajó y hace un año empezó a competir como tenista, pero a diferencia de lo que muchos que desconocen el mundo del deporte piensan, su desempeño y rendimiento escolar mejoró notablemente echando por tierra los miedos que tanto ella como sus padres tenían. “Fue bastante notable que a partir que empecé a competir empecé a mejorar muchísimo en la escuela. Mi mamá pensó que me iba ser más difícil ir al colegio y resultó que me fue mejor. Me sirvió mucho. Aunque es verdad que ahora tengo menos tiempo que el que tenía antes, ahora tengo todo más acomodado y organizado. Soy muy buena alumna”, dice orgullosa.
Lara intenta mantener un balance entre su vida deportiva y sus amistades. “No dejo que el deporte afecte mi vida social. Trato de mantener un balance. Tengo tiempo para estar con mis amigos salir y estar con ellos pero me gusta más estar practicando tenis. Participar de torneos o entrenar contra otras jugadoras me permite conocer gente nueva y eso me gusta. Es algo que trae el deporte. Mis amigos me apoyan en lo que hago y cuando participo en algún torneo, en el colegio me felicitan”.
Dentro de sus ídolos, a quienes Lara admira se encuentran Juan Martín del Potro y la tenista rusa María Sharapova. Al competir dentro de la categoría sub 14, se ha tenido que enfrentar desde hace un año a jugadoras de 13 y 14 años, lo cual podría haber influido en ella al pisar las canchas. “En algunas chicas se nota la diferencia porque traen más experiencia que yo por venir compitiendo de antes y en lo físico capaz que son un poco más morruditas. Pero eso a mí no me afecta. Al principio me daba un poco de miedo, pero ahora ya no”, sostiene.
Cordial, simpática y con una madurez que sorprende a su edad, Lara habla de sus aspiraciones: “Me gustaría llegar a ser algo importante en lo que es el tenis o el deporte argentino, pero si no lo logro tengo siempre una vida ligada a lo que es el deporte para ser profesora o entrenadora. Soy muy feliz”.