Descripta como la carrera más agotadora del mundo, la Spartathlon, de Atenas hacia Esparta, recorre pistas irregulares y senderos fangosos (con lluvias frecuentes durante la carrera), cruza viñedos y olivares, asciende por empinadas laderas y, lo más desafiante de todo, lleva a los corredores a un ascenso y descenso de 1.200 metros del Monte Partenio en plena noche.
En esta intrépida aventura de mitología, esfuerzo y sacrificio al extremo en la península balcánica europea, con 245 kilómetros de recorrido desde Atenas hasta Esparta, se adentrará el próximo 27 de septiembre el costero Sebastián Bonissone, oriundo de Santa Teresita, y que entrena en el Centro de Alto Rendimiento de La Costa.
Aún no existe un camino que cruce el mitológico Monte Partenio, azotado por fuertes vientos con temperaturas que alcanzan los 4 °C. El ascenso está marcado por una hilera de luces intermitentes de colores alimentadas por baterías y su desafío es una prueba de resistencia y fuerza mental. Al cruzar la montaña, los últimos tramos no son menos agotadores para los corredores, ya que siguen un camino que serpentea cuesta arriba antes de descender a Esparta. Incluso los mejores atletas comienzan a alucinar al recorrer estas etapas finales donde, habiendo perdido la noción del tiempo y la realidad, están «en automático» mientras empujan sus cuerpos cansados hacia la línea de meta en la estatua de Leónidas.
Como máximo, solo un tercio de los corredores que salen de Atenas terminan el recorrido en Esparta. El objetivo de todos los participantes es cubrir el recorrido dentro del límite de 36 horas. Y establecer récords es el objetivo principal.
Aquellos que logran llegar a Esparta tienen dificultades para encontrar palabras para describir sus sentimientos.
El Spartathlon hay que vivirlo. Es una experiencia muy personal en la que los atletas sueñan con participar. Su imaginación se despierta con la idea de ser un Filípides moderno, corriendo tras los pasos del antiguo mensajero. Entrenan durante años para estar lo suficientemente en forma física y mental para afrontar las exigencias de la carrera.
La trayectoria de Bonissone, el ultramaratonista costero
Bonissone, de 40 años, vive en Santa Teresita. Padre de familia, y miembro de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en su tiempo libre es runner, trail runner y ultrafondista, con cientos de kilómetros en sesiones de entrenamientos semanales, y en diversas competencias del calendario argentino de ultradistancia, representando en el país y en el mundo al Partido de La Costa.
La clasificación a esta competencia internacional de mayor nivel fue a partir de marcas logradas por Bonissone a lo largo del 2024. Tal es el caso de los 160 K de San Pedro, donde el costero marcó un registro de 16h43 min.
En 2022, Bonissone fue parte de una experiencia internacional con el Ultra-Trail de Mont-Blanc (denominado también UTMB). Tiene lugar una vez al año en los Alpes, atravesando Francia, Italia y Suiza, con una distancia de 171 kilómetros y un desnivel positivo de unos 10.000 metros, por lo que se la considera la carrera a pie de Trail running más prestigiosa del mundo.
En 2023 fue campeón anual modalidad 6 horas en circuito argentino de ultradistancia y 2024 fue un gran año con las siguientes marcas en competencias como la Ultramaratón Zárate, mejor marca personal en las 6 horas con 74k525mts; Copa Argentina 100K Bolívar con 8 horas y 39 minutos, tercer puesto en la tabla general; Copa Americana de 50K en Mar del Plata con el primer puesto; Copa Argentina de 160K en San Pedro con el primer puesto y la clasificación al Espartathlon 2025; Camepón anual Circuito Argentino de Ultra Modalidad en 50K Campeón Anual Modalidad 160K.
En 2025 consiguió la Copa Uruguaya de 24 horas con el tercer puesto en la general con una marca de 226k700m, la sexta mejor marca histórica nacional, marca de selección nacional y marca directa para clasificar también al Spartathlon 2026.