La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por presentar niveles aumentados de azúcar en sangre (glucemia) y puede dañar las arterias y algunos órganos. Si no se trata adecuadamente, estos niveles alcanzan valores excesivamente altos, dando lugar a las complicaciones agudas.
La glucosa es un azúcar que proviene de los alimentos que comemos, circula por la sangre y es utilizada por el organismo para obtener la energía necesaria para desarrollar cualquier tipo de trabajo. La causa de la diabetes es una alteración en la producción o el funcionamiento de la insulina por el páncreas.
La diabetes tipo 1 comienza generalmente antes de los 30 años. Su tratamiento requiere seguir un plan de alimentación adecuado y la aplicación de inyecciones de insulina. La diabetes tipo 2 es su forma más común. Si bien suele presentarse después de los 40 años, el comienzo de la enfermedad se observa en forma cada vez más frecuente en adolescentes y jóvenes. Este tipo de diabetes suele ser consecuencia del sobrepeso, obesidad, la mala alimentación y la falta de actividad física.
¿Cómo se detecta?
El estudio de diabetes se realiza mediante la medición de la glucosa en sangre y en ayunas (glucemia basal) y se recomienda en todos los individuos mayores de 45 años.
Grupos de factores de riesgo
Adultos mayores de 45 años, padres o hermanos con diabetes, obesidad o sobrepeso, hipertensos, personas con problemas cardiovasculares, colesterol elevado, diabetes durante el embarazo, y mujeres con hijos nacidos con peso mayor a 4,5 kg.
¿Cómo se puede prevenir?
Para la diabetes tipo 1 no existe ningún método eficaz, en cambio, para la diabetes tipo 2, al estar relacionada con la obesidad, se puede tratar de evitar en gran medida adoptando hábitos de vida saludables.